Nikolái Isákovich Kotlyar fue el tercer y último ministro de Pesquerías de la Unión Soviética y posiblemente el mejor directivo de la industria de pesca soviética en toda su historia.
Tras los acontecimientos de agosto de 1991 fue acusado de poner la flota y la industria que presidía a disposición del Comité Estatal de Emergencia en su intentona de acabar con lo que sus miembros consideraban la deriva sin rumbo del país. La acusación revestía especial gravedad en su caso, ya que la flota de pesca, que en el conjunto de su actividad empleaba a un millón de personas, quedaba militarizada durante las situaciones de emergencia. La incriminación no solo supuso el cese de Kotlyar como ministro, sino la eliminación del propio Ministerio, que en la nueva estructura de gobierno quedó devaluado a Comité de Pesquerías.
Tras la investigación y los interrogatorios a los que fue sometido, Kotlyar, privado de su documentación, quedó en una posición en extremo delicada y vulnerable. Unos meses después, con la situación más calmada, fue posible y aconsejable ponerle a salvo temporalmente en España, quedando instalado en las oficinas de Sovhispán en Madrid.
Antes de cumplirse un año de la llegada a España de Kotlyar, el autor de este libro pudo contar con su colaboración en su propia empresa, iniciándose una estrecha relación personal y profesional que se prolongó durante más de dos años, hasta su vuelta a Moscú, y perduró en el tiempo. El libro contiene el relato de algunos aspectos relevantes de la peripecia conjunta, así como de la personal del autor en esos años, en el contexto de la criminalización creciente de la política, la economía y la sociedad rusas. En la misma medida, pero en sentido contrario, la figura de Kotlyar, con su enorme calidad humana y una honestidad sin tacha, se agrandaba.
El relato de las circunstancias socio políticas más relevantes de la nueva Rusia independiente incluye la mayor parte de la época de Yeltsin, hasta la primavera de 1997, cuando el autor decidió poner fin a una relación profesional y personal que se había prolongado durante casi veinte años. Los últimos momentos coincidieron con la irrupción en la política rusa de Vladímir Putin, casi desconocido entonces, al ser nombrado vicejefe de la administración presidencial, un puesto clave en la estructura de poder del Kremlin.
El título del libro no se refiere tanto a los acontecimientos que hicieron aconsejable el traslado de Kotlyar a España a principios de 1992, como a la reflexión acerca de lo que podría haber ocurrido en la Unión Soviética si personajes como él hubiesen podido desarrollar su capacidad de gestión contando con un programa real de reformas del sistema y un liderazgo capaz de formularlo y conducirlo.